La Piñera, Priorio, Las Caldas, y Fuso de La Reina

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Datos básicos

Clasificación: Turismo activo

Clase: Rutas en Asturias

Tipo: Rutas en coche

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Oviedo

Parroquia: Priorio

Entidad: La Piñera

Comarca: Comarca de Oviedo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Código postal: 33174

Cómo llegar: La Piñera, Priorio, Las Caldas, y Fuso de La Reina

Dirección digital: 8CMP83PH+QH

 

La Piñera, Priorio, Las Caldas, y Fuso de La Reina

Descripción:

Esta ruta está calificada como «Ruta en coche»

  • Acceso: Desde Oviedo capital
  • Se inicia el recorrido en La Piñera, siendo el final en Fuso de la Reina
  • Itinerario: La Piñera - Priorio - Las Caldas - Caces - Siones - Fuso de la Reina.

Descripción de la ruta

Inmejorables posibilidades presenta el concejo de Oviedo para los buenos degustadores de excelencias paisajísticas y arquitectónicas y del enriquecedor trato con el paisanaje. El recorrido turístico siguiente es uno de los ocho propuestos y recomendados oficialmente por el Ayuntamiento de Oviedo, que los editó bajo el título de Rutas y lugares del concejo de Oviedo (María Palacios, Celia Varela y otros). Permiten al visitante hacerse una visión global y significativa del municipio ovetense.

LA RUTA

Se extiende por la zona más suroccidental del concejo. El balneario de Las Caldas lo hace muy familiar para los ovetenses. El paradisiaco y amplio valle de Caces, de suaves perfiles, convive con áreas más accidentadas, caso de Fuso/Puerto, lugar desde el que se llega a la aldea de Pedroveya (concejo de Quirós), comienzo o fin de la maravillosa ruta por el desfiladero de Las Xanas.

OVIEDO-LA PIÑERA-PRIORIO-LAS CALDAS

Comienza el recorrido en automóvil abandonando la ciudad —dirección Galicia— por la avenida del mismo nombre y la calle Fuertes Acevedo para ingresar en la N-634 y seguir por ella. Una vez superada la localidad de Santa Marina de Piedramuelle, a 3 km aproximadamente, se toma un cruce a la izquierda, que lleva, siguiendo la AS-322, a Priorio, Las Caldas y el valle de Caces (bañado por el Nalón). Entre pequeños bosques de castaños, y avanzando unos 2 km por esta vía —repleta de curvas y más curvas—, se llega a un desvío (a mano derecha), donde hay un indicador: «A La Piñera» (89 hab., 200 m de altitud, a 8 km de la capital municipal). La estrecha carretera nos pone en contacto con esta aldea de la parroquia de Priorio (450 habitantes), domeñada por el hermoso y encumbrado palacio del Marqués de Santa Cruz, señor de estas tierras y benefactor de las mismas, tal y como queda reflejado en la placa conmemorativa de 1932 sita frente al principal ingreso al mismo. El inmueble, paradigma de simbiosis entre arquitectura popular y noble, se originó a partir de una torre (fines de la Edad Media), con tres pisos —delimitados mediante finas franjas de sillar—, ventana en la planta baja, balcón con antepecho forjado en la del medio, más galería de madera acristalada y ventana en la superior. Los encuadres de los huecos —éstos no simétricos— llevan sillar; lo mismo sucede en las esquinas. Su singular cubierta es a cuatro aguas, presentándose el alero apoyado en aguilones. Después (s. XVIII), se añadiría el cuerpo lateral. La fachada acusa un marcado estilo popular. Los dos pisos tienen un imponente corredor de madera, antes abierto y hoy acristalado, al que sujetan pies derechos, dando lugar a un porche ante la puerta con arco de medio punto. Encima del tejado aparecen tres ventanas abuhardilladas. La exenta y sencilla capilla se reconstruyó después de la guerra civil.

Tras avanzar unos 200 metros por el angosto camino sale al encuentro la pequeña iglesia parroquial de San Juan Bautista (fines del s. XII o inicios del XIII) de Priorio (99 hab., 160 m de altitud, a 10 km de Oviedo), una de las manifestaciones más relevantes del románico regional. Aparece incluida en los itinerarios del románico internacional, dado su reconocimiento allende nuestras fronteras por la originalidad y distinción de sus líneas y soluciones arquitectónicas —contrapuestas a su carácter rural—, algo que tiene que ver con su ubicación en el Camino de Santiago. De ella no se tiene referencia alguna hasta 1305, año en que Fernando IV la regala a San Salvador. Importa, sobremanera, lo que queda de la fábrica original: la portada oeste, la única de la región provista de tímpano y de las pocas con fustes esculturados representando a los Cuatro Evangelistas; igualmente interesan el ábside central, los tallados canecillos y la pila de agua bendita. Sus cuatro arquivoltas las soportan columnas acabadas en capiteles de hojas. El tímpano, sostenido por atlantes, simboliza el Pantocrátor, rodeado por los Tetramorfos. El templo fue objeto de añadidos y adulteraciones posteriores; entre los primeros, citar el grueso campanario —con dos arcos custodiados por molduras espirales, frontón con pináculos, y la inscripción «AÑO DE 1777» bajo una cruz—, las capillas laterales, el pórtico y el baptisterio (s. XIX). La celebración del primer centenario (1888-1988) —con Gabino Díaz Merchán como arzobispo de Oviedo, y siendo Abundio Fernández Alvarez de Miranda el sacerdote titular— se recuerda en una placa situada en el pórtico de entrada. La iglesia, declarada Monumento Histórico-Artístico en junio de 1965, comunica con el pueblo a través de un pequeño paseo.

Cercanas a Priorio están las cuevas prehistóricas de La Lluera I y La Lluera II (declaradas Bienes de Interés Cultural), ya mencionadas en el capítulo dedicado a la historia del concejo. El abrigo de La Lluera I (solutrense) enseña, grabado en las paredes, un gran e interesante número de figuras animales (caballos, uros, ciervas, cabras...), especialmente en la llamada Gran Hornacina de la pared izquierda; en el de La Lluera II (próximo a la I), por el contrario, los muros presentan signos más bien triangulares, interpretados como símbolos sexuales femeninos.

En La Piñera (Piñera) se desciende por la estrecha carretera hasta alcanzar el balneario de Las Caldas (159 hab., a 125 m de altitud y 10 km de Oviedo; parroquia de San Juan de Priorio), excelso complejo, de propiedad privada, pensado para uso y disfrute de sus aguas termales, generosas en oligoelementos y carbonatos, que salen a una temperatura de unos 40 ºC y a una velocidad aproximada de 140 litros por minuto. Diseñado por Ventura Rodríguez y construido por Manuel Reguera, se concluyeron las obras en 1776, habiendo sido auspiciadas por la Junta General del Principado. Hasta comienzos de siglo fue un prestigioso (a nivel nacional) centro de curación, muy concurrido y ameno; el reconocimiento oficial le llegó en el s. XVII, pero desde muy antiguo ya eran conocidas sus virtudes. Hoy en día, son muchos los que se benefician de sus propiedades antirreumáticas. Constituyen el conjunto la ovalada casa de baños, de tres pisos —comunicada con el hotel a través de un aéreo, cubierto, acristalado y metálico pasillo (1878), decorado con hojas y cabezas de león, que atraviesa la carretera—, en cuyo patio interior está la fuente; la planta baja la ocupan las salas de baño, a las que aportan luminosidad exterior óculos rematados en cenefa floral; el resto se destinaba a instalaciones médicas. Esta casa de baños se une a dos alas rectas (cocinas, hospedería, comedores y antesalas), en las que series de sillares separan las tres plantas, estando presentes en la última balcones volados. El hotel (1878), con balcón corrido en el centro de la cara principal, tiene tres naves más ático; se presenta escasamente ornamentado (guardapolvos sobre los vanos y gran frontón curvo rematando el ático). Como anexo, figura un antiguo y profusamente decorado casino (1896).

LAS CALDAS-CACES

Desde Las Caldas se continúa el recorrido por una carretera, a cuya derecha discurre el río Gafo. Escasos metros más adelante, en el lado opuesto al bar Peñón —excelente cocina regional: fabes con almejes, pote asturiano, pitu de caleya y patatas con centollo)— un portón cerrado a curiosos y una labrada portada de piedra señalan los límites del castillo de Priorio, almenada fortaleza con dos altivas torres flanqueándola, semioculta por la arboleda. Se edificó en el siglo XIX a partir de las ruinas del original, construido en época de Alfonso II; siglos más tarde caería en manos del obispo de Oviedo. Sirvió, también, como refugio al bandolero Gonzalo Peláez. Fermín Canella (El Libro de Oviedo, Oviedo, 1887) escribe respecto de él: «Se levanta en el término de esta parroquia [San Juan de Priorio] el castillo de Priorio, que pertenecía a la Mitra de Oviedo. Siguió siempre perteneciendo a los prelados ovetenses, y, en 1381, García Alvarez de Palomar, rindió pleito-homenaje, como alcalde del castillo, al obispo don Gutierre». Arrastra una leyenda: los desgraciados amores de Irene, hija de Rodrigo, señor de Priorio y dueño del castillo, con un paje, Pablo. Enterado el padre de la fémina de tal circunstancia, atacó con su espada a Pablo, quien, al verse acosado, se defendió y mató a su amo. Irene lo maldijo por eso; entonces, Pablo, desesperado, se arrojó al río. Según cuentan los más viejos del lugar, una roca todavía aparece manchada con sangre de Rodrigo. En la orilla izquierda, en el antiguo territorio propiedad del castillo, sobrevive un molino (s. XIX), de planta rectangular y muros levantados con mampostería vista, excepto en los encuadres de los vanos, éstos resueltos mediante sillarejo. Presenta cubierta a dos aguas; la teja, corriente, se apoya en armadura de madera. Este complejo, que funciona mediante canal y cubo prismático de agua, mantiene los mecanismos de las tres muelas.

Caces (lugar de 250 hab., a 130 m de altitud y 12 km de la capital municipal; en la parroquia del mismo nombre, con 318 habitantes) es la próxima parada. Cobija hórreos y paneras, ornados con bellos motivos. Su iglesia parroquial, bajo la advocación de San Bautista, es de fábrica antigua: portada, tal vez románica, doblemente arquivoltada sobre impostas, ángulos y huecos a base de cantería, espadaña de dos arcos con pináculos de bolas, y testero cuadrado. El frente principal es de piedra y tiene un pórtico construido a base de cemento. Internamente, con nave única, capillas laterales de pequeño tamaño y arco de triunfo de cantería, resaltan la exquisita imagen de la Inmaculada, obra del escultor Antonio Borja (1661-1730), y el dieciochesco Retablo de los Espejos.

Desde Caces —cuya estación de ferrocarril, «acosada» por la vegetación, tiene la magia de lo diminuto— continúa el itinerario por la OV-1 hasta Siones (21 hab., a 370 m de altitud y 13 km de la capital municipal; parroquia de Caces). La subida (2,5 km) a esta aldea proporciona una preciosa vista del valle de Las Caldas y el río Nalón. Siones, en lo alto de un monte, surgió a la vera de un camino terciario romano. Hubo en él un castillo que entregaron Alfonso III y su esposa, la reina Jimena, al monasterio de Santo Adriano de Tuñón. También se menciona al lugar con motivo de la donación anterior que Ordoño I y Alfonso II efectuaron a la basílica ovetense de San Salvador («In Siones Ultra Trubia Ecclesiam S. Martini») de la iglesia de San Martín, de la que ha quedado como resto la pequeña capilla de San Martín (barrio de Pozobal), exponente valioso del estilo rústico y popular, en la que lo más reseñable es el pórtico de teja, la espadaña de un solo y chico arco, así como la puerta adintelada de sillar. El último sacerdote que investigó su titularidad llegó al convencimiento de que la ermita se llama San Miguel, aunque haya dentro una imagen de San Martín. Siones, encantador núcleo rural, con pequeñas casas de sillarejo y hórreos, posee dos barrios enfrentados (Pozobal y Pando) rezumando pintoresquismo. Su nombre lo relaciona una improbable hipótesis con el Sión bíblico —fortificación conquistada por el rey David—, símbolo de la tierra prometida.

SIONES-FUSO (PUERTO)

En Siones, última localidad visitada, cabe la posibilidad de retornar a la OV-1 para llegar a Fuso-Puerto (confines del concejo), o bien materializarlo efectuando un rodeo y avanzar, lo cual significa adentrarse en el bello y accidentado municipio de Santo Adriano, excelente mirador del impresionante valle de Quirós. En Las Carangas se gira en dirección a Tenebredo hasta un cercano cruce, a cuya derecha se encuentra el valle quirosano. Se coge a la izquierda el rumbo a Pedroveya-Puerto, hasta Lavares y Lavarejos. La vista del vecino concejo de Ribera de Arriba es espléndida. En este punto uno puede desviarse a la derecha (Pedroveya-Proaza) o, de lo contrario, regresar a Oviedo por la izquierda, desde Fuso-Puerto. En Fuso, como también en Caces, hay estación de FEVE (Ferrocarriles de Vía Estrecha); mientras la segunda de las poblaciones la acoge en su seno urbano, entre la de Fuso y Puerto (núcleo de 194 hab., a 205 m de altitud y 13 km de Oviedo, en la homónima parroquia de 306 habitantes) hay 500 metros aprox. de distancia.

El retorno a Oviedo se produce a través de la OV-1, pasando por Caces y Las Caldas. Otra alternativa sería partir de Puerto hasta Ribera de Arriba y desde allí volver por la N-630.

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