El euro. Alrededor de tres cuartas partes de los ciudadanos de la UE (esto es, más de trescientos cuarenta millones de personas en diecinueve países de la UE) utilizan actualmente el euro (€): Bélgica, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, España, Francia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Austria, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia y Finlandia (véase el mapa adjunto).
Andorra, Ciudad del Vaticano, Mónaco y San Marino utilizan el euro como moneda nacional, a raíz de un acuerdo con la UE. En algunos países y territorios, el euro es la moneda de hecho. Es el caso de Kosovo y Montenegro.
En los países europeos que no pertenecen a la zona del euro, muchos hoteles, tiendas y restaurantes, especialmente en zonas turísticas, aceptan los pagos en euros además de en la moneda nacional, aunque legalmente no están obligados a ello.
Tarjetas y efectivo
En los países de la zona del euro, los pagos transfronterizos en euros, incluidas las retiradas de efectivo en cajeros automáticos y los pagos con tarjeta, cuestan lo mismo que en el país de origen. Desde el 15 de diciembre de 2019, cualquier ciudadano de fuera de la zona del euro disfruta de las mismas ventajas, aunque puede que le cobren una comisión por cambio de divisa.
Además, gracias a las normas introducidas recientemente, no le pueden cobrar más por pagar con tarjeta de crédito o débito y dispondrá de mayor protección al efectuar los pagos. A partir del 19 de abril de 2020, también podrá comprobar y comparar con facilidad las comisiones por cambio de divisa al pagar con su tarjeta o retirar efectivo en el extranjero.
En caso de perder una tarjeta bancaria, bloquéela inmediatamente poniéndose en contacto con la entidad emisora. Anote el número al que debe llamar antes de viajar.
Si desea entrar en la UE, o salir de su territorio, con más de 10 000 euros en efectivo (o su equivalente en otras divisas) deberá efectuar una declaración ante las autoridades aduaneras.
Las comisiones aplicadas por el cobro de cheques emitidos en otro país de la UE son, a veces, muy elevadas. En muchos países, los cheques han dejado de aceptarse como medio de pago.